
Para hacer una fotografía de calle efectiva no necesitamos mostrar al completo aquello que plasmamos en la imagen.
La foto de hoy está tomada con una focal de 40mm (la correspondiente a mi #ricohgr3 de Pentax Ricoh España y Portugal , #callegr40mm #callegr3), a 1/250 f/11 con ISO 320 y -1/3EV.
Tal y como te contaba en una entrada anterior, las bodas son una gran ocasión para acercarse mucho a otras personas pasando desapercibido, también te contaba que a menudo en la ropa de los invitados abundan los colores saturados y las telas brillantes.
Eso es algo bueno en lo compositivo… Siempre y cuando podamos aislar en el encuadre solo algunos colores que dialoguen bien – o que discutan a grito pelado – y que la abundancia de formas y texturas no convierta nuestras imágenes en un follón visual.
Si las personas a las que fotografiamos han combinado acertadamente su ropa y sus complementos lo tendremos más fácil (basta ver el último post), pero eso no implica necesariamente que al fotografiarlas al lado de otros invitados la combinación vaya a funcionar tan bien.
De hecho suele pasar lo contrario, por lo que sea la gente no se viste pensando en cómo lo van a hacer los demás ni teniendo en consideración a los fotógrafos de calle… 😉 Aún así hay maneras de mantener ese caos visual bajo control.
Esta foto está hecha en Villanueva de la Serena, durante un taller de #fotografiacallejera del que guardo un recuerdo imborrable. Era la mañana del sábado y como nos habían avisado de que en la iglesia situada en la plaza principal iba a celebrarse una boda ajustamos el recorrido de la parte práctica de forma que coincidiese con ella.
Cuando los invitados empezaron a llenar la plaza nos mezclamos con ellos, aprovechando el tumulto para hacer fotos de cerca, desde muy cerca.
Esa es la manera de poner un muro de contención alrededor de muchos personajes, muchos colores y multitud de texturas: llenar el encuadre a tope con solo algunos elementos.
Se trata de elegir, de todo lo que tienes frente a ti, aquello que funciona mejor… Y dejar todo lo demás fuera para que se convierta en protagonista.
En este caso elegí el sombrero, la mano, la coleta y parte del vestido, y no dejé sitio a nada más.