
Hace algo más de un año que hago fotografía analógica de forma regular. Disparar con película de tanto en tanto en lugar de hacerlo solo con cámara digital trae, creo, un montón de ventajas incluso para quienes no aprendimos la magia del cuarto oscuro: la imposibilidad de ver las imágenes a medida que las tomamos, la lentitud del proceso, la necesidad de pensar más (y mejor) cada disparo…
Sí, lo sé, parecen desventajas pero en realidad son todo lo contrario, como nos explica muy bien Chechu en el episodio 5 de Calle Oscura (el propio Chechu también nos dedica una charla exclusiva sobre fotografía analógica para las socias y socios de El Club).
Esto de intercalar carretes entre tarjetas de memoria es algo que empecé a hacer allá por 2016 (de hecho entonces escribí una entrada en el blog contando mi experiencia fotografiando con la vieja Yashica de mi padre). Ahora la frecuencia es mayor y poco a poco voy aprendiendo y disfrutando cada vez más.
Hoy en día es fácil encontrar laboratorios en los que comprar y revelar película, aunque el resurgimiento de lo químico está trayendo un aumento en el precio de los carretes hasta el punto de que incluso el modesto Kodak Gold se ha visto revalorizado (¿o debería decir “inflado”?). A cambio cada vez hay más fabricantes en el mercado, llenando los huecos de las marcas que lo abandonan.
La importancia de un buen laboratorio
No he dado el salto a revelar mis propios carretes por dos motivos: fotografío tanto en blanco y negro como en color (el proceso C41 es bastante más complejo) y no dispongo del espacio – ni del tiempo – que requiere. Mejor dicho: prefiero no destinar tiempo y espacio al revelado de película… Al menos por ahora.
Puedes sumar otro motivo: estoy bastante seguro de que cuando revele por mí mismo la cosa me va a enganchar y hoy por hoy no quiero embarcarme en una nueva actividad… De nuevo: al menos por ahora.
Eso nos lleva a la gran pregunta: ¿dónde llevamos nuestros carretes?
Cada laboratorio tiene una forma propia trabajar, su tarifa y sus plazos. Por no hablar de que, sin pretender ponerme demasiado dramático, mientras las imágenes son latentes existe el riesgo de que al manipular la película ésta se vele y se pierdan… No es que mis fotos analógicas sean para tirar cohetes, pero aún así prefiero confiar en un lugar con un equipo experimentado y que ofrezca garantías.
Cuando no sabemos de algo lo mejor es preguntar a los que se mueven cómodamente en el mundillo (fue así como el gran Fran me recomendó algún laboratorio en Madrid), así que cuando entró en mi radar un nuevo espacio, antes de decidirme a probarlo hice una consulta rápida en el grupo de Telegram de El Club.
“¿Habéis trabajado con VisualKorner? ¿Qué referencias tenéis de ellos?”

Me llegaron solo respuestas positivas, así que aprovechando un viaje a Barcelona me acerqué a sus instalaciones en Balmes 354 y dejé un par de carretes: un Fomapan ISO 400 de 35 mm disparado con una M4-2 y un ILFORD HP5 ISO 400 de 120 empleado en una Seagull, amabilísimo préstamo de Tono (echa un vistazo a su galería para ver lo que hace con sus máquinas).
Servicios
En en laboratorio fotográfico de VisualKorner llevan más de 30 años trabajando con negativos, de modo que tanto la experienca como el catálogo de servicios que ofrecen son muy amplios: puedes optar solo por el revelado, incluir escaneado (a diferentes resoluciones) y/o copias (ya sea impresión digital glicée o fine art).
En mi caso elegí revelado y escaneado a 12Mb. Me decidí por esea modalidad porque es más que suficiente para visualizar las imágenes y trabajar con ellas pensando en web y redes sociales; en lugar de escanear todos los negativos a gran resolución prefiero ver cómo están de foco y exposición para escanear posteriormente y con mayor calidad solo aquellas que quiero llevar a papel (si es que alguna lo merece).

Por cierto, hice el encargo in situ aprovechando que estaba en Barcelona con motivo de un taller de foto de calle (viaje que también aproveché para ver a amigos clubeños y grabar un capítulo de la tercera temporada de Calle Oscura) pero puedes enviar tus carretes desde cualquier lugar.
Proceso y plazos
Dejé mi película un lunes y el miércoles tenía un correo con un enlace de WeTransfer desde el que descargar mis archivos. Los correspondientes a la película de 120 en dimensiones de 2137 x 2137 píxeles y los de 35 mm de 2751 x 1830. Todos a 300 ppp y con un peso que va desde los 13 a algo más de 14MB.

Menos de una semana después Correos Exprés me entregaba los negativos en casa.


Los negativos llegan protegidos en un caja y dentro de fundas libres de ácido para que podamos guardarlos directamente en un archivador.


Por cierto, esa caja de ahí arriba tiene nombre, VKBox, y una vez que la tienes en casa puedes usarla para enviar directamente tu película con la hoja especificando el trabajo que quieres que hagan con ella, aquí tienes los detalles del servicio, pensado para minimizar costes e impacto medioambiental. Bravo por eso también.
En definitiva
Si te planteas intercalar algún que otro carrete en tu práctica fotográfica – algo que te recomiendo encarecidamente – pero no quieres “complicarte” la vida con el revelado necesitas un buen laboratorio al que enviarlos.
Yo buscaría uno con experiencia contrastada, con procesos depurados y un buen puñado de opciones que incluyan desde lo más básico a servicios avanzados en los que puedas contar con asesoramiento personaliza a medida que vas demandando (y exigiéndonte) mejores resultados.
Mi experiencia con VisualKorner no habría podido ser mejor: fácil, fluida y profesional de principio a fin, lo que incluye la comunicación, respondiendo a mis preguntas y dudas de eterno novato a través de correo electrónico de forma ágil y amable.
Te recomiendo que eches un vistazo a sus servicios – en especial a los packs de revelado y escaneado como el que probé – y a sus tarifas (estas son las del año en curso, ten en cuenta que el IVA no está incluido) y que los consideres la próxima vez que quieras ver tus fotos analógicas.
Y es que hay algo mágico en eso de abrir una caja y ver en qué se han materializado los chasquidos del obturador de tu cámara.
¿Eres clubeño? Hay una sorpresa para ti
En VisualKorner han preparado una oferta especialmente diseñada para las socias y socios de El Club de Fotografía Callejera, la encontrarás en esta página con alguna que otra sopresa más:
Muy buen aporte. Gracias.
Gracias Lourdes! :)
Jota.
Gracias
Gracias a ti, Lourdes!
Jota.
Hay ganas de volver al analógico, pero reconozco que me puede un poco la pereza. Y mira que he tenido casi de todo, Mamiya, Hasselblad, Cambo de gran formato…
Hola David! Yo tiro poco en analógico, solo de vez en cuando (principalmente también por el coste que supone) pero me viene muy bien como desconexión de lo digital y su inmediatez.
Un abrazo!
Jota.