Es una conclusión a la que me ha costado (mucho) llegar. No me preguntes por qué, pero siempre me había resistido a aceptarla. Supongo que en parte porque antes me gustaba pensar que con dedicar un cierto tiempo de tanto en tanto me aseguraba buenos resultados, o quizás era como consecuencia de ver tantas y tan buenas imágenes de otros tomadas en los lugares más insospechados (por ordinarios).
El caso es que ahora pienso de forma distinta y lo tengo claro. Y el cuerpo me pide que comparta esa certeza contigo. Supongo que en parte es para que nos la cuestionemos entre todos y que me cuentes si estás de acuerdo.
Ahí va.
No siempre puedes hacer una gran foto, pero siempre puedes hacer la mejor foto posible.
Deja que te cuente por qué pienso así y, de paso, por qué no creo que sea algo necesariamente negativo.
No siempre puedes hacer una gran foto…
Al fin y al cabo fotografiar significa seleccionar. Seleccionas el espacio que metes en el encuadre (y por tanto, también decides qué se queda fuera), seleccionas el momento que congelas (y de esa forma descartas todos los demás), incluso decides la apariencia de lo que fotografías modificando los ajustes de tu cámara para que la profundidad de campo, el movimiento y la separación aparente de los planos tenga un determinado aspecto. Pero claro, sólo puedes seleccionar en base a lo que hay frente a ti.
Hasta cierto punto, aquello de “para hacer fotografías interesantes ponte frente a cosas interesantes” es cierto. Si encuentras un lugar, una situación o unos personajes con atractivo partes con ventaja porque cuentas con los ingredientes adecuados. Pero todos sabemos que eso no basta; déjame en una cocina con todo lo necesario para hacer el mejor sushi del mundo y no estará a la altura de las expectativas de un entendido.
Por eso la frase entrecomillada de antes debería ser completada más o menos así: “para hacer fotografías interesantes ponte frente a cosas interesantes… y toma decisiones interesantes”.
En el extremo opuesto están esas otras situaciones en las que, aún contando con todos los recursos técnicos y compositivos, con la herramienta adecuada y con todo el tiempo del mundo, no hay nada que merezca la pena ser fotografiar frente a tu objetivo. Admitámoslo, a veces no lo hay.
Pero que eso no te quite el sueño: en un determinado momento, con los conocimientos y las habilidades con las que cuentas, habrá muchos lugares y situaciones a las que no podrás sacar “punta”. En esos casos es importante ser capaz de admitirlo y seguir buscando en otro lugar (a veces eso es tan importante como saber sacar partido a las grandes ocasiones).
Y todo eso sin olvidar que los recursos con los que contamos también influyen en el partido que podemos sacar de una situación. En ese sentido cuanto más los afines, cuanto más entrenes, más posibilidades tendrás que hacer grandes fotos. Por eso hay fotógrafos con la capacidad de ver y hacer fotos donde otros no vemos nada.
…pero siempre puedes hacer la mejor foto posible
¿Significa todo lo anterior que debemos limitarnos sólo a intentar grandes fotografías? ¿Que ante una situación con poco potencial (fotográfico) tengamos que limitarnos a presionar el botón de nuestra cámara sin más o directamente no hacer la foto?
No necesariamente.
La mayoría hacemos fotografías por muchos motivos, a veces (quizás la mayoría del tiempo) buscamos imágenes que nos llenen y nos satisfagan desde el punto de vista estético, documental, emocional… Otras sólo queremos guardar un recuerdo o dejar constancia de algo que hemos visto o vivido. Eso nos pone continuamente frente a situaciones con poco interés fotográfico. Y no pasa nada.
En esos momentos, aún siendo conscientes de que no vamos a crear nada memorable (a priori, ya que en realidad nunca se sabe), conviene recordar que aunque no presintamos una gran imagen vale la pena trabajar un poco para conseguir la mejor foto posible.
¿Vas a hacer una foto de grupo? Pídeles que se pongan delante de ese muro en lugar de fotografiarlos con el tráfico a sus espaldas. ¿Quieres retratar a alguien? No lo hagas bajo el sol de mediodía, llévalo hasta una pared a la sombra y ten cuidado de que la cañería que baja desde el tejado no coincida justo tras su cabeza. ¿Quieres fotografiar un monumento que te ha impresionado durante tu viaje? Tómate unos segundos para encontrar ese punto exacto desde el que no queda tras un semáforo o tapado parcialmente por aquel cartel publicitario… Y así con todo.
No se trata sólo de aprovechar esas ocasiones como entrenamiento y de afilar nuestras habilidades fotográficas para aumentar nuestras probabilidades en mejores circunstancias (que también) sino, sobre todo, de rendir un pequeño homenaje a la Fotografía con cada foto que tomemos.
Si de verdad la amamos y la respetamos lo menos que podemos hacer es no conformarnos con una mala imagen (con una menos buena que la mejor que podemos lograr). En cierta forma ese amor por la Fotografía nos obliga a buscar el mejor resultado posible incluso cuando no podemos conseguir una foto memorable…
¿Qué opinas? ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? ¿Por qué no? Me encantará conocer tus impresiones a través de los comentarios. Si esta entrada te ha parecido interesante, compártela en tus redes para que el debate siga vivo… Gracias!
Creo que tienes razón y es una lección muy valiosa, gracias por compartirla. Hay veces que planeas todo, eliges la locación, preparas tu equipo, te levantas temprano y viajas hasta allí y cuando llegas no hay nada que te parezca destacable, pareciera que todo lo que valía la pena fotografíar ya fue fotografiado… Me ha sucedido varias veces, con el tiempo aprendí que lo mejor es esperar sentarse tranquilamente, pensar, esperar y cuando te sientas preparado comenzar a fotografíar, irte aunque sea con un detalle, a veces solo es cuestión de detenerse y mirar, estamos tan acostumbrados a buscar “La foto” que dejamos que infinidad de cosas y detalles se pierdan en el fondo…. Mientras solo le préstamos atención a esta figura idealizada que buscamos. Hay que entrenar la paciencia a la par de la mirada.
Hola Kheldar. :) Muchas gracias por tu comentario.
Estoy de acuerdo con lo que dices, al fin y al cabo, hay que disfrutar también (y creo que sobre todo) del propio proceso y no sólo cuando obtenemos los resultados que imaginamos de antemano.
Un saludo y de nuevo, gracias por tu aporte!
Jota.
Estoy totalmente de acuerdo. Y creo que la fotografía de calle se basa muchas veces en eso: en tener muchas situaciones “normales” frente a nuestros ojos, que solo con una gran fotografía pueden tomar otro sentido, y convertirse en algo especial, gracias a las buenas decisiones del fotógrafo.
Hola Rafael. :) Gracias por tu comentario, coincido en que la foto de calle a menudo se aprovecha de que seamos capaces de ver de una manera interesante los eventos aparentemente más banales, para eso hay que tener mucho ojo y disciplina.
Saludos.
Jota.
Que gran nota, me ha encantado leerla, grandes citas !
Hola Raquel! Muchas gracias por tus palabras. Me encanta que te haya gustado.
Vuelve por aquí siempre que quieras!
Saludos.
Jota.
Me gustó tu artículo, muchas gracias por compartir.
Estoy de acuerdo en que a veces no siempre podemos hacer la gran foto, pero si debemos sacar la mejor foto posible.
Para ello debemos entrenar nuestro ojo, ver la belleza de lo habitual, como eso lo podemos plasmar en una foto.
Algunas veces vamos con una expectativa y eso mismo no nos permite apreciar todo lo demás que hay (lo que comentas de descartar) sin embargo entre lo que descartamos también podemos encontrar cosas muy buenas.
Saludos
Hola Manolo. :)
Gracias por tomarte un instante y dejar tus impresiones. Me encanta que la entrada te haya gustado, como dices, todo es una cuestión de expectativas y de entrenamiento!
Un saludo, será un honor seguir contando con tu visita por aquí. Gracias!
Jota
Buenas, Jota.
Esta entrada me ha ayudado mucho a ver la fotografía desde mis adentros.
Al final siempre intentas hacer fotografías a cada sitio que vas sin a veces pararte a pensar: ¿Es necesaria una fotografía aquí? ¿Me dice algo? ¿Sentiré algo más cuando la vea de aquí a un año? ¿Expresará algo a los que la miran?
Pero a la vez sientes “esa obligación” a realizarla porque estás en un sitio especial, diferente, para recordar (al menos para uno mismo) y te limitas a pulsar el obturador.
Pues no, hay que pararse a pensar.
Moverse hacia otros sitios.
Vivir con esa sensación de “aquí no, espera” y amar la fotografía de verdad.
Gracias. Tus entradas son de gran ayuda, de veras.
Hola Andrea. :)
Muchas gracias por pasarte y dejar tus impresiones, me encanta leer que mi entrada te ha resultado interesante. Como tú, creo que cada uno tiene que encontrar su camino (en general, y también en lo fotográfico), y para eso es importante hacer de tanto en tanto esas reflexiones, para hallar un equilibrio y, sobre todo, los motivos que nos llenan.
De nuevo, gracias a ti, será un placer seguir contando con tu visita por aquí.
Jota.
Cuanto más aprendo menos fotografías hago,antes era un mar de imaginación y ahora soy un arrollo seco con tanta formación sobre el manejo de la cámara,las supuestas normas,los miles de cursos ,la multitud de accesorios a cual más caro y las complicadas ediciones en programas de pago,empecé con un móvil e hice maravillas,ahora con mi súper Réflex se me quitan las ganas de cogerla,pienso que los grandes no se han dejado llevar por las modas,que es en lo que actualmente se ha convertido la fotografía,si de verdad os gusta,pasar de todo y hacer lo que realmente os apetezca,sin complejos y con mucha imaginación, ya veréis como os copian.
Hola Chemy.
Antes de nada, gracias por aportar. Creo que muchos hemos pasado por el mismo bache, ese que consigue atenazarnos por cuánto llegamos a presionarnos. Estoy contigo, para hacer fotos que nos llenen hay que soltarse de esas ataduras.
Un saludo.
Jota.
Estoy completamente de acuerdo por dos razones. Por un lado, porque cuando te gusta la fotografía, ninguna situación se esconde a nuestros ojos y, por otro lado, porque, al menos para mí, lo más interesante está siempre en los pequeños detalles de la vida ordinaria. No todo es una boda o un león en un safari fotográfico. La belleza de casi todo se encuentra en la sopa que preparamos, en la sonrisa de nuestro hijo, en la caricia de un abuelo, en un rizo que se suelta de una coleta, en un rayo de sol que se cuela entre los edificios de la urbe…
Las “grandes fotografías” tienen poco interés para mí: las miro unos segundos y no las recuerdo más.
Buen artículo. Gracias.
Hola Laura. :)
Me alegra que el post te haya gustado. Muchas gracias también por dejar tus impresiones. En cierta medida envidio tu capacidad para ver imágenes significativas en los pequeños detalles, yo aún estoy en plena transición hacia ese punto. Supongo que uno nunca deja de aprender a mirar.
Saludos y gracias de nuevo.
Jota.
Buenas noches Jota. Un artículo muy interesante. Al principio cuando empiezas en fotografía te empapas de técnica, libros, buscas la gran foto pero te ofuscas cuando no lo logras. Cuanta razón hay cuando dices “hacer la mejor foto posible”. Si miramos a nuestro alrededor en ocasiones tenemos muchas oportunidades de sacar esa foto que quieres. A mi me ha pasado eso y me siento orgulloso de tener fotos que para mi son preciosas pero eso sí, estaba en el momento y lugar adecuado.
Lo mejor es practicar practicar y practicar; seguro que consigues la mejor foto posible
Gracias por compartirlo Jota
Hola Vicente. :)
Gracias por pasarte y aportar, como siempre. Sin duda, como dices, practicar y ser crítico con uno mismo es la clave para avanzar. Saludos!
Jota.