La cámara es sólo uno de los muchos recursos de que dispones para crear tus imágenes. Claro que es imprescindible, la Fotografía no existe si no es a través de la cámara, pero eso no quiere decir ni mucho menos que se trate de la herramienta más decisiva. Probablemente tu mente y tu instinto tengan mucho más peso en el proceso que esa caja negra llena de botones que aloja un sensor o un rollo de película. Deja que te ponga…
…Un ejemplo.
Piensa un lugar lleno de fotógrafos (y también de turistas que sólo quieren llevarse un recuerdo) como la Praza do Obradoiro, probablemente uno de los lugares más fotografiados de Galicia. Mirando al este en ese lugar se puede contemplar la magnífica fachada de la catedral de Santiago de Compostela, frente a ella se toman al día cientos, quizás miles de fotos.
Ahora imagina que allí, plantados frente a la catedral, hay dos fotógrafos que han llegado con la intención de hacer una buena fotografía (y no meramente un recuerdo). Uno de ellos está equipado con una enorme y carísima réflex que monta un objetivo de gama profesional con una apertura máxima obscena, el otro lleva en sus manos una modesta compacta de la que nunca se separa y que conoce a la perfección.
El primero, confiando ciegamente en la calidad de la que es capaz su máquina se coloca en medio y medio de la plaza con el modo “paisaje” seleccionado, se la lleva al ojo, abre el zoom a tope y pulsa el botón. Mira la pantalla trasera y, satisfecho, hace un par de tomas más “sólo para asegurar”. Y se lleva imágenes casi idénticas a cientos de otras.
El segundo fotógrafo se toma unos instantes para evaluar la situación; hay un montón de gente, la mayoría miran al edificio o charlan animadamente, algunos posan delante de otras cámaras y hay incluso quienes se hacen autorretratos con la catedral al fondo. Camina un poco buscando un punto de vista interesante y que no muestre tantas personas, se dirige hacia el suroeste, donde ve una suave cuesta que podría aprovechar para meter toda la fachada en el encuadre. Evalúa la luz del mediodía, es demasiado dura así que decide esperar a que aquella nube cubra ligeramente el sol suavizando las sombras. Se agacha y comprueba la composición, da un par de pasos hacia atrás. Selecciona el modo de prioridad a la apertura y un diafragma pequeño para asegurar una gran profundidad de campo, comprueba que la velocidad de obturación es demasiado lenta como para que el movimiento de la gente se “congele”, de modo que sube un poco el ISO. Ahora está listo, tiene el sitio adecuado y los ajustes preparados. Espera un poco. Una pareja pasa a su lado y se detiene a la izquierda, ella sostiene un teléfono móvil que les apunta, ambos se recortan contra el cielo equilibrando la catedral al fondo y a la derecha. Sonríen. Nuestro fotógrafo enfoca. Click. Y se lleva una fotografía compuesta con cuidado y paciencia, consecuencia de muchas horas dedicadas a leer y aprender, a ver fotos y a practicar. Cuando llegue a casa la abrirá en su ordenador y la procesará con mimo, consiguiendo que se parezca un poco más a como la había imaginado.
Y la convertirá en algo único.
Así pues…
Para hacer dos fotos tan distintas entre sí es indispensable usar una cámara, claro, y ésta sin duda puede crear algunas diferencias, pero las más importantes y definitivas no se deberán a la máquina si no precisamente a todo lo demás. Nadie debería dudar de que se pueden conseguir magníficas fotografías usando cámaras modestas combinadas con otros recursos como un ojo entrenado y una buena dosis de pasión y determinación, de hecho se hacen y se hacían (piensa si no en esos genios del viejo siglo XX). Sin embargo lo contrario -conseguir grandes imágenes contando únicamente con una buena cámara- es infinitamente más improbable.
Así que concéntrate en aprender y en aprovechar al máximo las herramientas que tienes, tómate todo el tiempo del mundo para desarrollar habilidades nuevas, deja de ponerte excusas para no coger la cámara y practica, practica sin parar. Y sobre todo, no olvides nunca que la cámara es sólo la herramienta, y que es lo que haces con ella lo realmente importante…
En este blog encontrarás libros y otros recursos para conocer y (quizás) amar un poco más la Fotografía. ¿Qué te parecería recibir un aviso en tu bandeja de entrada con cada nuevo post publicado? Sólo tienes que anotar tu dirección de correo en la casilla de la derecha… Gracias!
No podría estar más de acuerdo con cada línea. Hace muchos años jugué al hockey, y cuando más lo disfruté fue cuando conseguí olvidarme de lo que hacían mis pies y y mis manos y pude concentrarme en hacer con la bola lo que imaginaba. Saber utilizar una herramienta hace asomar tu creatividad. Y como siempre se ha dicho, el hábito no hace al monje.
Saúdos.
Me gusta la analogía.
En cierta forma la herramienta es similar a la técnica, ambas son imprescindibles, pero cuando estás más pendiente de ellas que del resultado que buscas (ya sea por desconocimiento o por que les damos una importancia excesiva) te estás perdiendo la oportunidad de ser creativo, como dices, y de divertirte mucho más!
Apertas, Marcos. Encantado y agradecido de que andes por aquí.
Jota.
A eso me refiero, a la técnica al margen de la herramienta que se utilice. Creo que si la técnica es buena a pesar de que la herramienta sea discreta se pueden obtener buenos resultados, o al menos con más frecuencia que con un gran equipo sin técnica alguna.
Saludos.
Entonces nos entendemos a la perfección. :)
Apertas!
Jota.
…
Las fotografías que más impacto me causan son esas antiguas, de nuestros bisabuelos o incluso abuelos cuando niños y jóvenes. Es increíble lo que se podía llegar a hacer con tan poco. Si es que el talento es la herramienta clave, como el todo en la vida.
No puedo estar más de acuerdo contigo.
…
Bicos-bicos, J.
Como decía Ansel Adams: “el componente más importante de una cámara son los 30 centímetros detrás de ella”. Poco se puede añadir a eso… :)
Jota.
Plenamente de acuerdo. Por cierto, me he quedado con ganas de ver esa instantánea de la Catedral de Santiago que has utilizado de ejemplo.
:)
Me temo que esa foto está sólo en mi cabeza: es un ejemplo que creé para explicar la idea de que con pocos medios y un poco de visión se consiguen más cosas que justo al contrario.
Halagado. Gracias Jorge!
Jota.