Hay muchas enseñanzas relacionadas con la Fotografía que debo a unos cuantos maestros, y además procuro mantenerme en todo momento abierto y receptivo a aprender de absolutamente cualquiera. Pero en todo proceso de aprendizaje llega un momento en el que, a la vez que absorbes conocimiento de los demás, comienzas a extraer tus propias conclusiones, esas que llegan a través de tu experiencia personal. Si no es así quizás algo no está funcionando como debiera.
Lo que vives por ti mismo es una fuente de conocimiento que, quién sabe, podría servir de una forma u otra a los que comparten tu pasión. Por eso me he decidido a compartir unos consejos que no he recibido, de esos que han ido tomando forma en mi cabeza con el paso del tiempo, como consecuencia de las pequeñas victorias y derrotas que inevitablemente le acompañan.
Decide tus prioridades y actúa en consecuencia.
Aclara qué lugar ocupa la Fotografía (o lo que sea) en tu día a día; sólo así podrás saber si le estás dedicando el tiempo y los esfuerzos que merece en base a tu propia escala.
Te contaré cómo funciona en mi caso: tengo claro que la Fotografía no es lo más importante de mi vida, pero sé exactamente qué posición ocupa entre las cosas que me importan. Por eso le reservo todo el tiempo que no dedico a lo que está por delante de ella. Dicho de otro modo: intento por todos los medios que nada menos importante que la Fotografía le robe ni un minuto.
Si lo pienso por un momento no conozco a nadie dispuesto a admitir que le sobra tiempo. ¿Cómo vas a saber si estás dedicando un recurso tan escaso a lo más importante si no sabes cómo de importante es cada cosa?
Sigue un plan.
Si tienes claro que la Fotografía te importa y sabes qué lugar ocupa entre tus prioridades márcate un objetivo y plantéate cómo conseguirlo. Quizás te apetezca hacer una pequeña exposición, dar cursos para compartir tus conocimientos, crear un blog en el que enseñar tus mejores fotos… No tiene por qué tratarse de una meta muy ambiciosa (o sí, eso depende de ti…), se trata de encontrar algo que te mantenga enfocado a lo largo del tiempo.
Es muy común (léase “normal”) alternar periodos de actividad casi frenética con otros más “perezosos”. Si te marcas un “qué” siempre habrá algo que puedas hacer para acercarte por muy baja que sea tu energía, aunque sea sólo un poco cada vez, y eso te ayudará a mantenerte activo.
Lleva siempre encima algo para repasar o estudiar.
Los días están llenos de “tiempos muertos”, algunos son absolutamente imprevisibles pero otros no tanto. Intenta llevar siempre encima algo que leer o estudiar relacionado con la Fotografía y estarás preparado para convertirlos en un tiempo muy valioso.
Como no siempre puedo leer con calma las entradas interesantes de otros blogs o explorar en profundidad el trabajo de fotógrafos a medida que los voy descubriendo, almaceno en mi delicious esas direcciones web (bajo la etiqueta “leer” o “ver”) para volver sobre ellas en cuanto tengo un poco de tiempo.
Evernote también me permite repasar en (casi) cualquier lugar mis apuntes fotográficos, porque están accesibles siempre que cuento con conexión a internet, perfectamente ordenados.
Hay otra posibilidad completamente offline: un buen libro. Esos no fallan nunca, por eso me acompañan a menudo dentro de mi bolsa.
Reserva y aprovecha al máximo el tiempo de que dispones, aunque no sea el que te gustaría.
No sé si te sucede lo mismo, pero a veces todavía me pongo excusas para no coger la cámara, a la espera de que las condiciones sean más favorables, casi ideales. Es un gran error que trato de impedir por todos los medios, y es que siempre es mejor aprovechar el poco rato que te queda que esperar a que todo encaje perfectamente, porque supone exponerse a que nunca suceda.
Si tienes que repartir tu tiempo entre muchas otras cosas, aprovecha al máximo el que te quede “libre” para la Fotografía. Quizás no te apetezca mucho pegarte ese madrugón el domingo por la mañana pero… si es la única forma de escaparte dos o tres horas con la cámara, ¿de verdad no vale la pena?
Cuando no puedas hacer fotos… Ve fotos.
El consejo por excelencia para mejorar como fotógrafo, ese que encontrarás en todas partes, es “haz muchas fotos”. Es absolutamente cierto; sólo interiorizas de verdad lo que has aprendido cuando lo pones en práctica. Por no hablar de que al cometer (y reconocer) tus propios fallos estarás subiendo de nivel de manera casi inconsciente. Pero es muy probable que no puedas hacer fotos durante tanto tiempo como te gustaría, así que aprovecha para ver las que hacen los grandes, y no olvides tener siempre a mano papel y lápiz. ;-)
No dejes pasar una oportunidad.
Hace poco te contaba que esas fotografías que no llegué a hacer pemanecen imborrables en mi memoria. Me he propuesto firmemente que cada vez dejaré pasar menos ocasiones de intentar una fotografía interesante, porque prefiero atreverme y no conseguirla que llevarlas siempre en mi coco como una oportunidad perdida.
Si tienes algún consejo que compartir, me encantaría leerlo: por qué no lo dejas en los comentarios?
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Reblogueó esto en .
Gracias por reblogearlo Roberto! :)
Un placer!
:)
Una fantástica entrada. :-)
Me alegra mucho que te haya gustado. :)
Gracias!
Jota.
Cuanta razón tanto en hacer muchas fotos como que uno aprende de sus errores. Hace años un conocido me comentó que “Perro tozudo come mendrugo”. Y es cierto, con mayor o menor rapidez uno va consiguiendo sus objetivos.
Es una buena frase, casi un mantra. Me la guardo para repetírmela cuando flaqueen las fuerzas… ;)
Gracias por pasarte y escribir. :)
Jota.
HEI !!,Por un lio co correo (e tamen por ser un pouco tarugo on-liner…),descolgeime do blog,pero hoxe,que por fin osolucionei…pegueime un atracón co moito que me perdera.Como disfruto do que fas!!,(tamén no instagram). Un saudo
Gracias por voltar, en calquera caso e fose coma fose a viaxe ;) .
Alédome de que andes por aquí, Oso. Tes que saber que o feito de que che guste o que fago significa algo moi grande para min. Quén nolo ía dicir, eh? ;)
Apertas.
Jota Barros.