Cómo hacer una fotografía callejera (paso a paso): sigue hasta el final

Siempre que hacemos Fotografía callejera podemos aprender cosas que aumentan nuestras probabilidades de éxito la próxima vez. Para eso no basta con poner toda la atención en cada fotografía que intentamos; pensar sobre el propio proceso y analizar las decisiones que tomamos puede darnos muchas claves.

Hace unas semanas, durante uno de mis últimos cursos de Fotografía de calle en Madrid y mientras el grupo exploraba un mercado aprendí un par de lecciones muy importantes que quiero compartir contigo. Para eso voy a tirar de un viejo recurso de la fotografía analógica: las hojas de contacto. En su día te hablé de lo útil que pueden resultar en esta entrada y también te recomendé un libro imprescindible que se vale de ellas para enseñarnos lo que hay detrás de algunas de las mejores imágenes de la historia: Magnum Contact Sheets.

Normalmente intento no hacer muchas fotografías de la misma escena, para obligarme a tomar la mayoría de decisiones acerca de la técnica y la composición antes de llevarme la cámara al ojo. Pero en la práctica cada imagen es un caso aparte y en ocasiones siento que ahí delante hay una fotografía que no soy capaz de “descifrar” fácilmente, lo que me obliga a esperar mientras cambio pequeños detalles hasta que siento que todo encaja. Esta fotografía en el mercado fue uno de esos casos.

Vamos con ese paso a paso.

Paso a paso de una fotografía callejera

Ajustes de cámara y técnica

Como probablemente ya sabrás, el 90% del tiempo llevo mi cámara ajustada en modo prioridad a la apertura (te lo contaba en este video que grabé en Varsovia). Aquí selecciono un diafragma F/4 porque llevo montado un 35mm y enfoco a un punto bastante alejado (la esquina superior izquierda de la escena), todo eso hace que incluso con una apertura relativamente grande la profundidad de campo sea amplia.

Aquí puedes ver otro de mis vídeos en el que te explico por qué no basta con pensar en el diafragma para controlar la profundidad de campo.

Se trata de una escena bastante oscura, así que sé que tengo que subexponer o mi cámara aclarará las sombras para adaptar el brillo de la escena al que espera obtener (nuestras cámaras tienden a aclarar las imágenes muy oscuras y a oscurecer las muy luminosas, así que en el primer caso hay que subexponer y en el segundo sobreexponer, como te contaba en esta entrada).

Empiezo compensando la exposición en -1EV, como ves en la foto número 1, pero no es suficiente:

La parte iluminada es demasiado brillante. Subexpongo hasta -2 2/3 EV y ahora sí, las luces están controladas y las sombras se han oscurecido un poco más (foto 2):

Como consecuencia de pasar de -1Ev a -2 2/3 EV el tiempo de exposición se acorta (para oscurecer la imagen) de 1/640 a 1/2500. Obviamente en ese momento puedo bajar ISO incluso hasta ISO 200 y aún así tendría un tiempo de 1/500 (no necesitas 1/2500 de segundo para congelar el movimiento de la sombra de alguien a unos 15 metros) pero, francamente, estoy demasiado concentrado en lo que pasa en el visor para captar un gesto interesante, así que me desentiendo de la sensibilidad.

Composición (paso a paso)

Las siguientes cuatro imágenes son intentos de capturar una silueta interesante, sin demasiado éxito.

 

 

 

Hay algo que no acaba de encajar y todavía no sé qué es.

De repente entra en escena un nuevo personaje: una chica que se dispone subir las escaleras. Fotografío con ella en distintos puntos de la escena. En las dos primeras tentativas está demasiado encima de la sombra.

 

En las dos siguientes se superpone a la sombra y se pierde en la oscuridad del primer plano. No, esa no es la manera.

 

Sigo fotografiando como antes. Ese es mi error y la primera lección que aprendo.

Lección 1: estoy demasiado preocupado por lo que hace la sombra como para pensar en qué puedo hacer para mejorar la imagen y no cambio nada.

Entonces pasa algo interesante: aparece una segunda sombra, la de alguien que escucha al “protagonista” con los brazos en jarras. Tres intentos más.

 

 

Me doy cuenta de que me he empeñado en usar el encuadre vertical influido por la forma de las escaleras que descienden hacia la sombra y decido probar en horizontal (ya sabes, una de esas ocasiones en las que dices “¿y si…?”).

Pues sí, era en horizontal: esa extensión de escalera sin demasiado interés se hace mucho más pequeña y la diagonal de la barandilla que se prolonga en la mancha de luz del suelo cobra sentido.

Justo entonces, al fin, la sombra adopta una forma interesante, parece que la persona se esté clavando algo en el brazo. Es la primera foto que ves marcada en rojo en la hoja de contacto:

Decido intentarlo un poco más (si puedes seguir no te conformes nunca con la primera versión de una fotografía, nunca sabes qué va a pasar a continuación).

Pasan algunas cosas que no me gustan tanto: desaparece la sombra del brazo de la segunda persona y me doy cuenta de que hay un tercer personaje vestido de rojo que me gustaría que no estuviese ahí. Así y todo sigo disparando.

 

 

 

En algún momento del proceso he modificado la compensación de exposición a -2 1/3 EV, el tiempo se hace todavía más corto que al principio porque al encuadrar en horizontal la luz (y por tanto la decisión de la cámara) ha cambiado.

Y justo al final, como por arte de magia, todo encaja. La sombra levanta un dedo, vuelve a aparecer la sombra de los brazos en jarras (alguien recibe ese gesto) y el personaje de rojo prácticamente desaparece del encuadre.

Clic.

Lección 2: sigue intentándolo hasta el final, incluso más allá de ese momento en el que crees que ya has conseguido algo bueno.

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Espero que este proceso, paso a paso, errores incluidos, te haya resultado interesante. Cuéntame tus impresiones a través de los comentarios, me encantará saber qué piensas.

Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.

Jota.