Nada más cruzar el puente que une A Illa de Arousa con la costa de Pontevedra eché el pie a tierra en aquella playa.
Después, una vuelta alrededor de toda la isla, deteniéndome como es debido para descubrir sus rincones y disfrutar de su ambiente marinero, de sus playas, y ya de paso de unas deliciosas croquetas de marisco… :)




Ya estoy pensando en volver en pleno invierno…