
Contexto
El gran Steve McCurry lleva décadas haciendo magníficas fotografías, hasta el punto de haber desarrollado un estilo más que reconocible caracterizado, entre otras cosas, por un gran dominio de la composición.
Esta fue tomada en 1994 en un desguace de barcos en Bombay, donde acaban naves de todo el mundo para que soldadores como los que vemos en ella los reduzcan a toneladas de valiosísimo acero, mediante un trabajo penoso y arriesgado; está incluida en las páginas de un gran libro (también en tamaño) para descubrir la obra del norteamericano: Steve McCurry, The Iconic Photographs, de Phaidon.
La imagen
El gran punto de atención está en los ojos del trabajador, que se clavan con fuerza en los nuestros como si nos interrogase. ¿Qué hacéis aquí? ¿Qué estáis mirando? No cabe duda, es la expresión de alguien con una vida dura que trabaja a diario entre escombros. Se sitúa muy próxima a una de las intersecciones de la regla de los tercios y el desenfoque del fondo aumenta la potencia del gesto. Desde ahí se construye el resto de la composición.
Una profundidad de campo reducida (aunque no tanto como para no distinguir lo que sucede a su espalda) aísla al hombre, que probablemente no es tan viejo como podríamos imaginar por su trabajo y la intensidad de su mirada. Eso crea dos planos, el primero ocupado por el trabajador, y al fondo, el contexto en el que desarrolla su actividad.
Esa baja profundidad de campo, combinada con la posición del soldador respecto al enorme barco de la izquierda y al horizonte, contribuye a dividir la escena en cuadrantes, aportando cierto orden en un escenario atestado.
La masa visual del casco a medio desmantelar, ocupando todo el lado izquierdo de la imagen, contrarresta el peso del trabajador, menor en el encuadre pero mucho más cerca de la cámara y perfectamente en foco.
Los compañeros a la izquierda cumplen una doble función: ayudan a entender qué está sucediendo en ese entorno (es cierto que el “protagonista” lleva unas gafas de soldador, pero no está desarrollando ninguna actividad, al contrario que ellos) y aportan escala al permitirnos entender cómo de grande es el barco dentro del que parecen diminutos.
Y por último la perspectiva creada por las líneas convergentes en el centro del encuadre genera profundidad (no olvides nunca que tus imágenes tienen dos dimensiones, y que a no ser que hagas algo para remediarlo, no siempre van a recrear acertadamente un mundo de tres). Fíjate en la línea que divide el casco de la derecha en dos zonas, una oscura y otra clara, justo bajo la borda; la parte más oscura enmarca perfectamente la cabeza del soldador, haciendo que se recorte sobre ella, en combinación con la línea inferior del casco a la izquierda, crea un marco dentro de la fotografía para el protagonista.
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